¿Quién diría que un cuadro colgado en la Universidad de Londres e inspirado en los viajes del explorador británico John Franklin, que se había perdido en el Ártico hace más de 160 años, provocara que todo alumno que lo observe fracase en su examen?

Pues sí, los alumnos de esta casa de estudios están muy inquietos por la pintura que representa a dos osos comiendo los restos de una embarcación. El macabro espectáculo de los asesinos es suficiente para distraer al más concentrado de los estudiantes.

En la sala en la que cuelga se han tomado exámenes desde hace casi ya un siglo.

Y nadie quiere tener la pintura delante durante una prueba. “Si te sientas justo enfrente a ella en un examen, seguro fallas el examen. A no ser que esté cubierta”, dice la leyenda, según cuenta la curadora, Laura MacCulloch.

Los rumores de que daba mala suerte comenzaron casi inmediatamente después de que llegara a la colección de la universidad.

Para MacCulloch, hay una clara conexión psicológica con el fracaso porque el estudiante puede pensar que va a compartir el destino de esos aventureros que fracasaron en encontrar el paso canadiense. “Y me va a terminar comiendo un oso polar”, puede ser la sensación subyacente.

En los años 70, el miedo a la maldición llegó a convertirse casi en epidemia. Incluso un estudiante llegó a negarse a sentarse frente a él. “La pobre secretaria que sólo quería que se hiciera el examen corrió a buscar lo que pudiera para taparlo”, recuerda.

“Así que apareció con una enorme bandera británica que desde entonces, se usa para cubrirlo durante la época de exámenes”, finalizó.

Fuente: BBC