Los rasgos en las letras escritas por el sicario colombiano expresan que su conciencia moral es deficiente y le permite violar las reglas. No respeta los derechos y límites de otros, realiza acciones que ponen en peligro la integridad personal, miente y se muestra indiferente su es descubierto. El castigo no lo desalienta, sino que parece estimularle.

En el caso de Eva, sus letras denotan que tiene gustos refinados y artísticos. De inclinación a los goces sentimentales y espirituales, así como lúdicos. A veces es egoísta, pero capaz de engendrar calor, amor, placer y empatía. Se adapta momentáneamente hasta que la presión es fuerte que explota quizás cuando nadie lo esperaba.

Liliana es analítica y esquemática. Insegura, le cuesta confiar en las personas, en su escritura aparecen indicadores de recuerdos violentos en su niñez presentes en su memoria. Conciliadora, tímida y testaruda. Tiene duda y ambivalencia afectiva. Puede ser influenciable y sugestionable, según informó Día D.

Los trastos en la firma de Ariel muestran que tiene una personalidad límite, con confianza en sí mismo, pero con complejos de inferioridad, por lo que necesita del reconocimiento de sus méritos reales o imaginarios. Es egoísta con su familia. Tiene conductas obsesivas, misógino.