Diversos escolares abandonan las horas de estudio para dedicarse a las llamadas “peras malogradas”, es decir una reunión donde el principal ingrediente es el alcohol, seguido del contagioso ritmo del perreo.

Ahora, estos menores utilizan sus celulares para grabar sus encuentros y luego difundirlos, como si fueran sus tarjetas de presentación para seguir siendo invitados a más fiestas.

Mucho ellos, indicaron a Domingo al Día, las diversas excusas que les dicen a sus padres para asistir a sus encuentros; entre ellos, está el decir que tienen que hacer un trabajo en la casa de un amigo y hasta que tienen que ir al museo para hacer la tarea de arte.