Además, indicó que el caudal del río Rímac pudo ser estabilizado tras la crecida histórica y descartó que se afecte la vía de Evitamiento.

Estas acciones fueron detalladas y supervisadas en persona por la propia alcaldesa de Lima, Susana Villarán, quien aseguró que la obra seguirá avanzando en los tramos previstos, como por ejemplo, en la construcción de los viaductos 8, 9 y 10.

Por su parte, el teniente alcalde Eduardo Zegarra; la regidora Marisa Glave e Ítalo Fernández (de Invermet), explicaron que la empresa Línea Amarilla SAC – LAMSAC tenía previsto un plan de contingencia que empezó el 27 de diciembre, con el retiro del personal permanente de la obra.

Sin embargo, precisaron que la empresa demoró en abrir las compuertas que debían dirigir el agua hacia su cauce natural, es decir, sobre la infraestructura permanente de lo que será el túnel.

Por ello, la empresa supervisora Nippon Koei se encargará de emitir un informe para esclarecer por qué estas medidas no fueron tomadas por LAMSAC para evitar que parte del muro de concreto se desplomara. Este informe debe estar listo en la primera semana de enero de 2013.

El teniente alcalde limeño enfatizó que estos hechos no ocasionarán demoras en el calendario general de la obra y recordó que el túnel tendrá que ser inundado en el mismo periodo de crecida del río durante los próximos dos años, lo que es completamente normal y planificado.

Tampoco se generarán daños en la infraestructura de la obra ni en la vía de Evitamiento, añadió el funcionario edil. “No habrá sobrecostos para la ciudad, pues se trata de una obra construida totalmente por iniciativa privada para el bienestar de todos los vecinos”, precisó Zegarra.

Fuente: Andina