Mariano Rojas, miembro del comité organizador de la visita, fue quien trasladó a Ratzinger por las zonas populosas de Villa El Salvador, a bordo de su combi.

Incluso, el futuro Benedicto XVI visitó la parroquia Cristo El Salvador, donde se reunió con el padre José Walijeswki y el entonces nuncio apostólico, Luiggi Docena.

Ratzinger le regaló a Rojas un rosario y dejó su bendición a todos los pobladores. En julio de ese mismo año visitó Cusco, donde participó en el Congreso Eucarístico y Mariano.