Ronel Cortez Onofre trabaja en Plaza Vea. Es vendedor en el área de electrodomésticos. Ahora está a punto de ser despedido. La empresa le atribuye faltas graves: Abandonar injustificadamente su trabajo por tres días consecutivos y no actuar con buena fe laboral. Él, en cambio, está seguro que de que lo que quieren es castigar a los trabajadores que intenten consolidar un sindicato.

El 9 de enero de este año, un día después de que notificara a la empresa acerca de la creación del sindicato de trabajadores de Supermercados Peruanos S.A. (SINTRASUPER), del que es secretario general, fue impedido de ingresar a la tienda a cumplir su horario habitual, informó el semanario Hildebrandt en sus Trece.

“Me entregaron un papel que decía carta notarial pero no tenía ningún sello y querían que lo firmara. Allí decía que había faltado injustificadamente al trabajo durante tres días y que me estaban iniciando un procedimiento de despido, pero yo presenté el certificado médico que me otorgaba dos días de descanso, el 3 y 4 de enero, porque me doblé el tobillo. Eso se lo comuniqué por correo electrónico a mis jefes”, cuenta Cortez que, indignado por la medida, denunció los hechos en la comisaría de Independencia.

Sin embargo, el inspector de trabajo constató que ni la legislación laboral ni el reglamento interno de la empresa contemplan para estos casos un despido intempestivo.

Pero ahí no acaba la historia. La empresa acusó a Ronal de presionar y engañar a dos trabajadores para que se afiliaran al sindicato.

Ronal Cortez no es el único que ha recibido las represalias de la empresa, según el semanario. Habrían hecho lo mismo con el secretario adjunto, Julio Piro Noblecilla, a quien han notificado con un preaviso de despido justo el día que salía de vacaciones. A Patricia Jaramillo, secretaria de economía y finanzas, la suspendieron en sus labores en el área de ventas y pretendieron hacerla firmar un documento en el que aceptaba firmar su renuncia voluntaria si no contemplaba una cuota de ventas fijada por la empresa.