Según el Instituto Geofísico del Perú, el epicentro del “sismo” fue localizado a 63 kilómetros al suroeste de Lima. Tuvo una profundidad de apenas 36 kilómetros.

El objetivo fue medir la capacidad de respuesta de la población y de las diferentes autoridades en estos casos de emergencia, como parte del Sistema Nacional de Gestión del Riesgo de Desastres.

Durante el simulacro se activaron los sistemas de alarma y la red de enlaces de comunicaciones en respuesta a emergencias. La población evacuó sus viviendas y locales hacia zonas seguras.