Bastó para que el guionista Eduardo Adrianzén publicara en su cuenta personal de Facebook una foto del reciente catálogo navideño de Saga Falabella con cuatro niñas caucásicas y se preguntara si se puede ser más racista que la tienda Saga, para que la chispa de indignación se incrementara.

La interrogante cobró vida en el Facebook y Twitter y comenzó a generarse una ola de críticas y debates en torno al tema del racismo y la publicidad en el Perú. Algunos comentarios críticos indican que este tipo de publicad es usual en la televisión y revistas.

Otros comentarios, más ácidos aún, critican que los peruanos aspiramos a ser blancos y por ello aceptamos este tipo de publicidad. Otros, en cambio, critican a quienes suelen quejarse en las redes sociales, como en este caso, y luego hacen sus compras en la tienda que reprocharon antes.