“¿Cómo uno no le da la mano a un paisano? Además, el pobre tipo está tan enfermo. Él sufre del colon y toma pastillas para el corazón. Él está así de flaquito. Además, es el papá de mis sobrinos. Mis sobrinos me lo pidieron. Me imagino que lo pescaron por eso, por estar llamando a los hijos”, contó al diario ‘El Comercio’.

Asimismo, Ramos consideró como “puras mentiras” la versión de las autoridades peruanas de que Orellana Rengifo tenía gran cantidad de dinero y defendió al prófugo empresario bajo la hipótesis de que es un “perseguido político”.

“Tenía cuatro días de haber llegado y no tenía ni para su pasaje. Está vuelto nada. No ha pagado la universidad de sus hijos. Y si tuviera plata, me hubiera dado, ¿no le parece? No tiene dónde caer muerto. Me imagino que en lo que trabajaba era para defenderse. Él es un perseguido político”, remarcó.

Alvia Ramos contó que Orellana se separó de su hermana desde hace 9 años. Por su parte, su esposo, Germán Pizarro, consideró que la “mala información” ha perjudicado su buen nombre y a su familia. También enfatizó que se está “cometiendo una injusticia” con Orellana.