El amanecer del día 135 en la clandestinidad de Rodolfo Orellana fue interrumpido por un equipo de la Dirección de Investigación Criminal e Interpol de Colombia (Dijin), que se infiltró en el exclusivo condominio situado en Carrera 81 N°13A-125, en el sur de Cali, para ubicar la vivienda donde se escondía el abogado prófugo y detenerlo. Había una ‘circular roja’ (orden de arresto internacional) en su contra a pedido de Perú por lavado de activos y asociación ilícita para delinquir.

A las 6:50 de la mañana del jueves, una decena de agentes de la Policía colombiana ingresó a la residencia y arrestó a Orellana, quien estaba durmiendo en una de las habitaciones del segundo nivel y, de inmediato, lo condujeron hasta el primer piso con el fin de interrogarlo, certificar su identidad e informarle la razón de la intervención.

En ese momento, el fugitivo, que había salido de territorio peruano hace unos 45 días, se encontraba vestido con camiseta blanca, pantalones cortos de color azul y sandalias. Era notorio que había bajado varios kilos de peso y, además, evidenciaba una tez demacrada. Alguna mujeres, que también habitaban la vivienda, protestaron por el ingreso intempestivo de los efectivos policiales.

Fuente: Perú21