Ya es cultura cotidiana y noticias de todos los días que la gente cuente sus problemas por la TV o la prensa sensacionalista, se trata por lo general de individuos comunes y corrientes, invitados y gratificados por ciertos medios para que cuenten ante las cámaras de video sus penurias económicas, infidelidades, desvaríos sentimentales, cambio de sexo, peleas conyugales o litigios vecinales, en contraste o en alternativa, como sugieren mis alumnos de periodismo, se tiene la portada del tabloide con el OVNI, la calata y el muerto.

A ellos se suman artistas, que comparten con el público, de la señal abierta, sus viajes, gustos culinarios y destrezas para el baile de moda. Muchos medios en Perú se han especializado en el infoentretenimiento, pero eso no es un orgullo, es una pena. Hacen infoentretenimiento los periódicos chicha, y el noticiero de televisión, los programas del mediodía, y esos programas que buscan picantes primicias (besos fugaces o amantes clandestinos), y van urdiendo la intriga, tras los pasos de vedetes, cantantes, actores, políticos, empresarios y demás individuos de fama mediática.

Las noticias de la risa y el entretenimiento son la consecuencia no la causa de la cultura de nuestra época. La causa del problema está en unos propietarios de medios (con ellos productores y editores) ávidos de ganar dinero que explotan las bajas pasiones de la gente, con total irresponsabilidad e indiferencia por lo que les suceda a los protagonistas de esas noticias. Pero la raíz del fenómeno es más profunda y está en la “banalización lúdica de la cultura imperante” en la que el valor supremo es ahora divertirse, entretenerse por encima de otra forma de conocimiento o quehacer, cito a Mario Vargas Llosa, quien ha escrito un ensayo sobre este asunto titulado “La cultura del espectáculo”.

El infoentretenimiento es la producción de información para entretener. Nada más y nada menos que la producción de la noticia bajo parámetros de producción y difusión de lo espectacular, comenta, Ana Isabel Zermeño, especialista en medios. Zermeño completa su idea: para que la noticia sea vendible se requiere que sea, además de espectacular, que se transforme en narración, lo que a su vez implica la construcción de la noticia como relato donde participan protagonistas en una estructura de argumento y se pondera lo emotivo versus lo racional. Lo que se busca es que la noticia espectáculo surja por entregas seriadas a fin de que el morbo o la expectación mantengan el rating.

Pero no hay que ser aguafiestas dirán algunos, ¿qué hay de malo en fisgonear y espiar la intimidad de la gente? ¿En ver cómo los referentes de la sociedad, políticos, ministros, educadores, profesionales y con ellos, también, gente bonita y sufrida, salen del anonimato, y a la fuerza o por voluntad propia, para contar a los medios sensacionalistas (que escriben esas noticias como novedades) sus problemas existenciales, orientaciones sexuales y dramas amorosos?

Los protagonistas de las noticias de espectáculo son casi siempre los mismos: gente ingenua, distraídos, víctimas del sistema de medios sórdidos, inescrupulosos y personas con ansias de poder que han mordido como peces la carnada del soft news. Así es, no está bien violar la vida privada de las personas, pero sobretodo escudarse en la frivolidad para hacer reír a la audiencia y a los lectores a partir del mal de los demás. Es mezquino, burdo y muy poco profesional. Nos toca convivir con la cultura frívola y del espectáculo en mérito a la libertad de expresión.

Por eso hay que sacar adelante nuestra capacidad crítica y tolerante, en fin, hacer un esfuerzo de templanza. Pero aquí hay que hacernos otras preguntas, soy periodista, tengo preguntas que hacer: ¿Qué utilidad tienen estas noticias, que no van más allá de la anécdota? ¿Si los periódicos del espectáculo, la mayoría en el país, publican noticias para el entretenimiento, qué medios informan para tomar decisiones?

¿Si esta es la despiadada realidad de los medios que deberán afrontar los estudiantes de periodismo que egresan de las universidades, cuáles son las alternativas para hacer un periodismo serio, crítico e independiente? Allí están los desafíos del futuro del periodismo – de lo que veremos en los medios, se estudiará en los centros de educación superior y surgirá en el mercado laboral – entre Periodismo sensacionalista o Periodismo de profundidad.

Por: Franklin Cornejo Urbina (fcu_75@yahoo.com)

Periodista y Doctor en Comunicación

Director de la Escuela de Periodismo

Universidad Antonio Ruiz de Montoya