El forense español Miguel Lorente Acosta consideró necesario que el Perú maneje un protocolo para tipificar el feminicidio y asegurar que este delito no sea considerado un homicidio más.

Así lo manifestó luego de dictar el taller a peritos y fiscales del Ministerio Público, donde los instruyó sobre las características que tiene este tipo de crimen y los criterios que deben manejar para calificarlo como tal.

Lorente Acosta señaló que en el Perú y en otros países del mundo todavía se desconocen dos factores claves del feminicidio: que tiene características propias y es resultado de un problema estructural.

“Vivimos en una sociedad que justifica el crimen contra las mujeres y lo minimiza. El componente social y cultural aún no se entiende. El Perú no escapa de ello, y no valora todavía el uso de protocolo. Se calcula que en un año empezará a aplicarlo”, comentó a la agencia Andina.

Características del feminicidio

A diferencia de un homicidio cualquiera, el feminicidio se caracteriza por la violencia intensa con el que se comete. Es un crimen de odio, sostiene el profesor de medicina legal y director de la Unidad de Igualdad de la Universidad de Granada.

“No es igual evaluar el caso de una mujer que murió por una puñalada, que el de aquella que perdió la vida por recibir 23 puñaladas. El feminicidio tiene carga emocional, las víctimas reciben entre 15 y 20 puñaladas porque el agresor consideró que era una mala mujer, mala esposa, mala madre o porque lo traicionó y humilló”, precisó.

Otra de sus características, es que el victimario usa sus manos para asegurarse que acabará con la vida de su pareja o ex pareja: la estrangula, golpea o sofoca.

Puede observarse que la víctima presenta huellas de maltrato, moretones y marcas causados por otros mecanismos que podrían haber provocado su muerte, indicó.

“El feminicidio es el final de un largo proceso de violencia. El agresor no mata a su mujer o ex mujer de repente, no es una conducta aislada, por ese motivo también hay que analizarlo a él”, señaló Lorente Acosta.

Crimen moral

Pero existe otra particularidad, el feminicidio se comete para defender la posición del hombre. “Quien lo perpetra cree que fue ofendido o afectado por ‘actitudes’ de su pareja o ex pareja contra él. ‘Me fue infiel’, ‘No se portó bien conmigo’”, afirman algunos de ellos, cuenta.

“Justifican el asesinato, por eso se entregan o se suicidan, y por ese motivo también es considerado un crimen moral”, acotó.

Modelo de protocolo

En el taller para peritos y fiscales del Ministerio Público, Lorente Acosta los capacitó en el uso de un protocolo que sirve para investigar un presunto caso de feminicidio. Este instrumento de gestión se adapta a los procesos de cada país, a sus propios mecanismos de justicia, explicó.

“Si una mujer muere de forma violenta y excesiva, se asume la presunción de feminicidio y se usa el protocolo. Así, durante la autopsia se buscan otras señales en el cuerpo como hematomas o cicatrices que son señales de agresiones previas y demuestran historia de violencia”

El protocolo también considera necesario investigar al agresor, ver sus propios factores de riesgo: violencia y denuncias anteriores, impulsividad, separación y se le aplica un test psicológico.

El experto recordó que en el mundo mueren cada año 50,000 mujeres a manos de sus parejas o ex parejas.

El eurobarómetro del 2010 reveló que el 3 por ciento de los varones justificaba la violencia de género. Actualmente en España, 44 por ciento de mujeres maltratadas no denuncia y al año ocurren 60 feminicidios nuevos.

“La cultura está generando hombres que quieren matar a su pareja. A la mujer se le envilece. Falta crítica social y recursos e instrumentos para consolidar el análisis de un feminicidio”. (Fuente: Andina)

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