En diálogo con Andina, Tavera explicó que la mayoría de sismos tuvo lugar en la costa porque en esta región se genera el choque de las placas de Nazca con la Sudamericana, la principal fuente generadora de temblores o terremotos.

El resto de movimientos telúricos, dijo, ocurre en la sierra por la deformación de la corteza en la zona andina, mientras que en la selva la ocurrencia de estos fenómenos es ínfima debido a que el terreno es plano y no existen cordilleras.

La mayoría de los temblores ocurrieron en el mes de abril, con un total de 20. El más fuerte se dio el 21 de mayo entre Abancay y Cusco, con 5,7 grados en la escala de Richter, según estadísticas del IGP.

Según refirió, cada sismo es una oportunidad para que la gente ponga en práctica todo lo que Defensa Civil les enseñó, ya sea en el colegio, en el centro de trabajo, en el centro comercial o en cualquier otro lugar.

El experto dijo que más importante que saber de qué magnitud fue el sismo o dónde ocurrió es tener la certeza de si la población está haciendo algo para no ser afectada por un eventual sismo de magnitud.