La cáscara de coco sirve como insumo para elaborar un tipo de filtro que elimina el arsénico del agua y la vuelve apta para el consumo humano, pues tiene propiedades que al exponerse a un proceso físico-químico la convierten en esponja selectiva al metaloide. .

Este descubrimiento lo hizo Manuel Chávez Ruiz, químico del Instituto Nacional de Salud (INS), y responsable de la investigación, quien reveló que la cáscara de coco contiene altas cantidades de carbón, y al carbonizarla la convierte en un material poroso que al sumársele sustancias químicas afines al arsénico, como el hierro de manganeso, puede separar con eficiencia al conocido metal tóxico.

“Se convierte en un filtro que al introducirse en el agua, logra que el arsénico se adhiera a sus poros. Se vuelve selectivo a ese metal y es altamente eficiente. El arsénico es un metal pesado conocido por su toxicidad y su impacto negativo en la salud. Es un agente cancerígeno comprobado, y está asociado a enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión arterial”, comentó.

En diálogo con la agencia Andina, Chávez Ruiz refirió que en el Perú existe contaminación natural de arsénico. Gracias a reportes de vigilancia del agua que hace la Dirección General de Salud (Digesa), se pudo comprobar que en Arequipa, Moquegua, Tacna y Ayacucho ocurre este problema, pues por el tipo de geología de algunas de sus zonas, se liberan sales que afectan sus suelos.

Digesa encontró arsénico en los ríos de dichas regiones por encima de los valores permitidos: más de 200 microgramos por litro de agua, cuando el mínimo es de 10 microgramos por litro.

El especialista precisó que la contaminación natural depende de la riqueza de minerales de la zona y que las aguas subterráneas son fuente natural de contaminación por arsénico.

Filtro patentado

El INS ya patentó el procedimiento para obtener el material filtrante (relleno de filtro) ante el Indecopi y está elaborando un material impreso para transferir el procedimiento de elaboración a las instituciones que les interese. Chávez Ruiz adelantó que actualmente la institución está en conversaciones con el Ministerio de Vivienda y Construcción.

“Nuestro objetivo es ofrecer el filtro al área de tratamiento de agua que labora directamente con las comunidades rurales pues ellas son las que consumen directamente el agua de los ríos y no cuentan con plantas de tratamiento”, indicó.

Mencionó que a través de la suscripción de convenios con el sector Salud, las autoridades locales pueden conocer los riesgos de contaminación a los que está expuesta su población, y de esta manera utilizar el filtro para eliminar el arsénico de los ríos.

La Autoridad Nacional del Agua (ANA) que monitorea calidad de agua, las compañías mineras o empresas privadas que administran plantas de tratamiento de agua para consumo humano o industrias, también pueden usar este filtro natural, indicó.

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