“A los políticos miserables que están utilizando tu muerte para seguir peleando en la revocatoria solo les digo que no tienen perdón de Dios, que no saben lo que es perder a un amigo, a un hermano, a un hijo, a un esposo. Te vamos a cuidar Luis Choy, no vamos a permitir que levanten velos inmerecidos sobre tu cuerpo. Te lo prometo otra vez”, escribió Leiva en su Facebook.

También resaltó la figura y la personalidad de Choy, quien deja a su pequeña Catalina de 10 años. “No te preocupes por Catalina, la vamos a proteger toda la vida, la vamos a envolver en una nube de amor, lo estamos haciendo. Ella fue la razón de tu vida, ella era tu motor y motivo. Eso me decías siempre, más cuando cubrimos un concierto del Grupo 5”, recordó la periodista de ‘El Comercio’.

El fotógrafo y colega de Leiva perdió la vida en manos de unos delincuentes, que lo asesinaron el último sábado en la puerta de su casa en Pueblo Libre. La Policía está investigando el caso.

Aquí lea la opinión completa de Milagros Leiva que publicó en su cuenta de Facebook:

Querido Luis Choy. Desde que te fuiste no he dejado de pensar ni un solo segundo en ti, estoy rezando por ti. Todos tus amigos te estamos protegiendo, te estamos despidiendo a nuestra manera. ¿Quiénes te mataron y por qué te mataron? Lo sabremos muy pronto Luis Choy. Esos miserables van a pagar. Te lo juro, te lo prometo. Tu muerte no quedará impune. Eso habrías dicho si yo hubiera sido asesinada en la puerta de mi casa.

A los políticos miserables que están utilizando tu muerte para seguir peleando en la revocatoria solo les digo que no tienen perdón de Dios, que no saben lo que es perder a un amigo, a un hermano, a un hijo, a un esposo. Te vamos a cuidar Luis Choy, no vamos a permitir que levanten velos inmerecidos sobre tu cuerpo. Te lo prometo otra vez.

No te preocupes por Catalina, la vamos a proteger toda la vida, la vamos a envolver en una nube de amor, lo estamos haciendo. Ella fue la razón de tu vida, ella era tu motor y motivo. Eso me decías siempre, más cuando cubrimos un concierto del Grupo 5.

Catalina será una mujer valiente, ya lo es a su corta edad. Perdió a su mamá víctima de una penosa enfermedad y ahora te pierde a ti que fuiste el super padre que todo hijo desea. No es justo Luis Choy. Tu muerte es un disparo de nieve y tengo mucho dolor. Te voy a escribir largo y tendido, te lo prometo. Voy a contar tu historia de valentía y mil sonrisas. Voy a contarles a quienes no te conocieron lo empeñoso y trabajador que eras. Lo cocinero audaz que solías ser. Voy a contar tu historia de fe. Déjame recuperar un poco las fuerzas para escribir como cuando salíamos de comisión. Déjame respirar y recordarte sin temblar por el espanto de tu muerte.

Ayer (sábado) fue un día angustioso para todos en la redacción, Luis Choy. Ayer le conté a Javier Lizarzaburu que no te conocía tanto como yo que nunca te llamé chino ni Choy, que siempre te mencioné con nombre y apellido y que tú hacías lo mismo. Hola Milagros Leiva, ¿ya cerraste? Eso me decías siempre que me encontrabas en la redacción. Me traías agua helada, una galleta, un chocolate, un helado para calmar mi angustia con las palabras. Nos reíamos mucho porque sabías de mis cierres retrasados.

Ayer (sábado) Luis Choy tuve que cerrar la entrevista a Raúl Diez Canseco en medio de mi dolor y no podía, pero la gente que te quiere me dijo una gran verdad: Hay que hacer un buen cierre por el chino, aunque nos duela hay que seguir. Eso hice amigo de mi alma, confesor leal. Edité la entrevista y en mi computadora solo te recordé sonriendo con Catalina, entrando a la redacción o a mi casa con tu hija preciosa. Tomando tus fotos. Vendiendo tus carros. ¿Sabes que ayer hicimos un cierre especial por ti?, pedimos un poco más de tiempo a preprensa y aceptaron. Ayer nadie me llamó la atención por cerrar tan tarde, Luis Choy. Ayer todos te lloramos en la redacción.

Descansa Luis Choy, no te preocupes por Catalina bonita. Descansa querido. Muchas gracias por todo lo que me enseñaste. Muchas gracias por todo. Te quiero mucho, Luis Choy. Te recuerdo con gratitud y con sonrisas. Con mucho respeto. Descansa que te vamos a cuidar.

Y muchas gracias por tus fotos, por tu mirada solidaria. Gracias por no haber renegado en ninguna comisión a pesar del cansancio. Gracias por haberme demostrado que los túneles se superan, que son cortos. Sabes que soy una llorona, pero tú también eres un llorón. Sabrás perdonar mi llanto, querido Luis Choy. No he dormido nada, pero ahora me voy a bañar y lavar bien la cara para ir a la casa de tu mamita. Le voy a contar lo buen amigo que eres.

Ella sabe de sobre todo lo que le vamos a decir quienes te conocimos. Voy a ser muy fuerte cuando abrace a tu amada Catalina, lo prometo. Gracias por haberme escuchado cuando más te necesité. Voy a extrañar tu voz, sobre todo tu risa, voy a extrañar tus consejos y tus palabras de aliento, pero me quedan tus fotos para recordarte con alegría. Descansa y cuida mucho a Catalina. Mil abrazos, estés donde estés.