Tiempo atrás, Marco Arenas protagonizó junto a su enamorada Fernanda Lora, un hecho horrendo: Ambos no sólo asesinaron a la empresaria María Castillo, madre del primero, sino además, juntos, quemaron su cuerpo.

“Sólo me arrepiento de muchas cosas, por eso trato de trabajar para no pensar más”, dijo Arenas desde el penal Piedras Gordas, en un reportaje del programa nocturno ‘Punto Final’.

Desde hace un mes atrás, Marco forma parte del taller de joyería en plata, existente en el penal desde hace nueve años, como parte de la readaptación de reclusos y en donde se vienen haciendo cosas extraordinarias, gracias al apoyo del Senati y la diócesis de Carabayllo.

“Sólo dio sabe lo que siento y lo que realmente pasó”, expresó el recluso.

El periodista le preguntó: “¿Dios también sabe de lo arrepentido que estás?”, a lo que Marco Arenas responde: “Exacto”.

“Dios ve corazones, no ve caras”, puntualizó Arenas, quien asegura que ahora lee la biblia.