Bastaron 40 minutos para que John Smith Chuquizuta Morales, un joven electricista, muriera asfixiado en una caja en donde se escondió para luego salir y cortar las cámaras de seguridad de una óptica a la cual, junto a sus cómplices, asaltaría.

El hecho, ocurrido hace más de cinco días, sorprendió a los trabajadores del local, ubicado en la cuadra tres de la avenida Huancavelica, en el Centro de Lima.

Según narra la cronología de los hechos. El 6 de octubre por la tarde, el sobrino de la dueña de la óptica contrató a un estibador para que llevara una caja de cartón embalada y lo dejará dentro del lugar.

El sujeto cumplió lo acordado y dejó el paquete. En el interior, Chuquizuta Morales se comunicaba con sus cómplices a través de su celular. Él tenía un cuchillo y un croquis del lugar. Su labor era cortar los cables de seguridad y desactivar las cámaras de vigilancia.

Oculto en la caja, el delincuente esperaba que los trabajadores del establecimiento se retiraran, pero ese día se quedaron más tiempo de lo usual para realizar un balance.

Chuquizuta escribía mensajes de texto a sus cómplices pidiéndoles ayuda debido a que se estaba asfixiando. Los trabajadores, al ver movimientos extraños en la caja llamaron a la policía.

Cuando llegaron los efectivos y abrieron la caja descubrieron al delincuente al borde de la muerte. Camino al hospital falleció producto de un edema cerebral y pulmonar, además de una hemorragia pancreática.