“Choro monse”. Un mozo creyó haber hecho el robo de su vida, al sustraer un celular del bolsillo de uno de sus clientes. Sin embargo, la alegría le duró poco, pues fue descubierto gracias a las fotos que se tomaba.

Juan Alvarado, trabajador del bar ‘Om’, se apoderó del celular Galaxy S III de Giovanni Bermúdez, uno de los clientes asiduos del local, y pese a que en un principio negó el hecho, no pudo sostener sus mentira al presentarle las fotos que automáticamente se subieron a la aplicación del móvil.

¿Cómo así pudieron descubrirlo? Resulta que Bermúdez tenía en su celular el aplicativo Dropbox, un programa para subir archivos. Es así como, pese a no tener el equipo, las fotografías que Alvarado se tomaba le llegaban a su cuenta y pudo identificarlo.

“Estoy arrepentido por mis padres y por mi hija”, dijo tras admitir que se quedó sin trabajo (y sin celular) por “una estupidez”.