“Mi intención no era asfixiar al gato, sino jugar con él. En sí se me pasó la mano”, expresó al noticiero ‘América Noticias’, donde contó que sufrió mucho por la separación de sus padres a los 16 años, por lo que debió tomar tranquilizantes y visitar a un psiquitra.

“No era mi intención desfogármela contra el gato”, dijo Shimabukuro al asegurar que le gustaría hablar con quienes lo critican y que desde ahora se dedicará a proteger a las mascotas. Deslizó la posibilidad de pertenecer a la asociación protectora de animales.