El derroche irresponsable de agua potable que se registra durante los carnavales de febrero, asciende a más de 120 millones de litros, lo que equivale al contenido de 30 piscinas olímpicas o al consumo de 4,800 familias en un mes, denunció la Superintendencia Nacional de Servicios de Saneamiento (Sunass).
Tras revelar que más de 700 mil personas en Lima no tiene agua potable en sus hogares, la Sunass exhortó a la población a no derrochar el agua durante la temporada de carnavales.
Lima es un desierto
El funcionario recordó que Lima es la segunda ciudad más grande del mundo ubicada en un desierto después de El Cairo. Sin embargo, el río Nilo tiene en promedio un caudal de 2,830 metros cúbicos por segundo (m3/s) y el río Rímac tiene un caudal de tan solo 26 m3/s, con la ayuda de los reservorios construidos (sistemas de lagunas, represas y un túnel trasandino) en la parte alta de Lima y Junín.
Pese a contar con menor disponibilidad de agua cruda para potabilizar, los malos hábitos de consumo de la población en Lima y la baja valoración del servicio son las causas de un consumo desmedido en especial en época de carnavales.
Esta “cultura de derroche” se evidencia en los desproporcionados consumos registrados entre los usuarios de Sedapal, que llegan a consumir hasta 250 litros per cápita al día.
De acuerdo a los estándares de consumo referenciados por la Organización Mundial de la Salud (OMS) una persona puede satisfacer todas sus necesidades diarias de agua para todo uso (alimentación, aseo personal, cocción de alimentos, lavado de ropa, etc) hasta con un máximo de 100 litros/día.
De esta manera, una familia de cinco miembros en Lima debería consumir un máximo de 15 metros cúbicos al mes. Sin embargo, se registran consumos que van desde 25 a 50 metros cúbicos mensuales, en especial en los estratos medios y altos.
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