Liliana Castro, acusada de ser una de las autoras intelectuales del asesinato a Miriam Fefer, ha vuelto a su casa después de tres años y tres días. Para su familia, el problema principal es la presión mediática.

“Me aterra. Si me declaran inocente mi vida va a ser dura. La gente me va a seguir gritando asesina. Si me condenan, saldría vieja y ya no podría tener hijos”, declaró al semanario ‘Hildebrandt en sus Trece’.

Su hermana, Tatiana Castro, señaló al semanario que en la calle la confunden con su hermana y la miran con desprecio, como si fuera una asesina.

Liliana también aseveró que Ariel Bracamonte, hermano de Eva (implicada también en el caso Miriam Fefer), es un “tonto” que “se ha dejado manipular” y lo calificó de mentiroso.

“Él decía que mi papá había contratado a Trujillo Ospina, que trabajaba en su taller y que tenía hasta fotos de mi hermana con ese asesino en una cebichería. Dijo que las entregaría a la Fiscalía y nunca lo hizo. ¡No existen! Les ha mentido a todos. (…) Estamos casi seguros que Ariel ha generado toda esta historia”, puntualizó.