Pasada la algarabía de la fiesta navideña, nos toca reflexionar sobre un tema importante que solo capta la atención pública durante la víspera. La venta y uso de juegos pirotécnicos siempre se asocia cuando se acerca el fin de año. Hermosos espectáculos de luces psicodélicas pero peligrosas sin un manejo adecuado. No obstante, nos encontramos con un incremento considerable de incendios y emergencias relacionadas al manejo de estos materiales. Toca profundizar más en este problema.

Pese a su prohibición regulada a raíz de la tragedia en Mesa Redonda en 2001, los sucesos relacionados a los pirotécnicos siempre aumenta considerablemente en Navidad y Año Nuevo. No es novedad ver y escuchar de lamentables incidencias, pérdidas materiales y víctimas que lamentar. Un ejemplo reciente es el fallecimiento de un menor en Independencia que tenía en su mochila estos juegos. Hechos como el presente se repiten siempre que no hay un cuidado exhaustivo, no de las autoridades, sino del mismo seno de la familia. Pero lo fortuito del accidente hace que esta problemática siempre se presente de alguna manera.

Un dato que hay que resaltar es que estas emergencias son originadas con mayor frecuencia por pirotécnicos autorizados por la Superintendencia Nacional de Control de Servicios de Seguridad, Armas, Municiones y Explosivos de Uso Civil (Sucamec), según el vicecomandante general del Cuerpo General de Bomberos, Jorge Vera. Es decir, juegos tan inofensivos, así parecía, como las chispitas mariposas, volcanes o luces de bengala pueden provocar tales siniestros que podrían costar daños materiales y víctimas que lamentar. Hay que estar alerta con ello

De igual forma debe seguir la exhaustiva incautación de pirotécnicos de procedencia ilegal. En estas fechas de fin de año la fiscalización de parte de la Sucamec, autoridades ediles y policiales debe imperar ante aquellos que buscan lucrar con la distracción de luces y colores. Asimismo, hay que resaltar que estos juegos de origen “artesanal” contienen mayores cantidades de pólvora, lo cual lo hace muy peligroso y le quita todo lo espectacular que tiene un fuego artificial. Nombres elocuentes como “Mamarratas” o “Calavera” son indicativos de que no son adecuados para su uso para estas fiestas.

La otra parte de este asunto son las ferias autorizadas de ventas de pirotécnicos ¿Qué tanto sirve esta disposición de servicio si los precios de los mismos son tan altos que no son asequibles para el público asiduo a estos juegos? Es por ello que existen estos “mercados paralelos” para satisfacer la demanda de las personas que no pueden acceder a lo ofrecido en los puntos de venta legales. Debería evaluarse si finalmente cumple su cometido estas formas de apalear el comercio ilegal de pirotécnicos o es otra forma de salir del paso. Solo el tiempo dirá si tuvo resultado.

Sobre el mismo punto, la posición “extremista” de eliminar los pirotécnicos por completo es una mala idea. Muy respetable la opinión de Gianmarco y lamentable el hecho que sufrió en su domicilio. No obstante, borrar los fuegos artificiales “a rajatabla” proliferaría aún más la venta ilegal de los mismos porque la demanda debe ser satisfecha de alguna manera. Además, los juegos de luces son propios de fiestas patronales, lo cual debe continuar intangible por respeto a nuestro diversidad cultural.

Nuestra niñez gusta mucho de estas diversiones. Quien no ha disfrutado compartiendo gratos momentos familiares mientras el cielo iluminado nos deleite con grandes espectáculos de colores (Pero cuidado con las mascotas, en especial a los perros). Son en esos tiempos en familia en los cuales se debe enseñar a los menores que solo los adultos deben manipular los pirotécnicos y que los mismos deben ser prendidos en lugares despejados para evitar que las chispas caigan en algún inmueble.

Me despido y regreso el próximo año ¡Feliz 2014!

Por: Diego Carpio Valladolid (@diegocarpio)

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