Ante los crímenes perpetrados por hijos contra sus propios progenitores, Manuel Saravia, director del Instituto Guestalt de Lima, aseveró que este es un problema que se da porque no se establecen reglas y límites de crianza en los hijos oportunamente.

“Cuando vemos a un niño problema, lo vemos con una actitud rebelde, desafiante, impulsivo, manipulador y que se enfrenta a sus padres. Es necesario corregir y poner límites para no tener repercusiones graves más adelante, cuando ya no se pueda controlar la situación”, expresó.

Remarcó que si no se le frena cuando tiene 5 años de edad, cuando tenga 15 va ser más difícil y a los 20 ya va estar “fuera de nuestras manos”. Cuando los padres están ausentes durante gran parte del día de su casa, la culpa por no poder esta con sus hijos conduce a consentirlos desmedidamente y a no poner límites.

Según el especialista, los límites son necesarios para que el niño se pueda desenvolver en la vida y pueda tener conciencia de lo importante que es la responsabilidad. Si nosotros no le enseñamos que hay cosas que no se pueden hacer, difícilmente ellos sabrán decir no a las diversas situaciones que puedan enfrentar.

Es necesario establecer vínculos sinceros y profundos, desarrollar una buena comunicación, hablar con claridad y firmeza, pero también observar si esto obedece sólo a un problema de conducta o si es algo más grave como un problema psicológico o psiquiátrico para poderlo ayudar.

“Para ello, hay que hacerlos evaluar con un especialista. Muchas de estas situaciones se podrían evitar con un tratamiento a tiempo”, refirió.

El especialista refirió que además de la ambición por el dinero, también los problemas en la personalidad, consumo de droga, que se evidencian desde la adolescencia, sirven para llevar a muchas personas a cometer crímenes contra sus propios padres.

Desde pequeños hay que enseñar a los niños que si trasgreden una regla debe saber cuáles serán las consecuencias. Sólo de esta manera, podrán tomar conciencia de sus errores y esto les servirá para su vida cuando ya sean adultos.