“Anoche afortunadamente, y le doy gracias a Dios, hemos capturado vivo a Vladimiro Montesinos”, dijo Chávez Frías, tratando de poner fin a las sospechas de un presunto encubrimiento de Montesinos Torres, quien fue expulsado (no deportado) al Perú.

La relación entre Montesinos y Venezuela nació en 1992 cuando Lima otorgó asilo político a militares involucrados en el golpe de Estado contra el presidente Carlos Andrés Pérez. Incluso se rumoreó que Fujimori pediría asilo político a Hugo Chávez, a quien se refirió como su “amigo”.

Tras el anuncio de Fujimori Fujimori de dejar el poder y capturar a su exasesor, Montesinos huyó a bordo del velero Karisma a la isla Galápagos, de donde siguió su travesía a la Isla de Cocos en Costa Rica. Luego viajó a Aruba y de ahí a Venezuela, a donde llegó en diciembre del 2000.

El fracaso en abril de un operativo para capturar a Montesinos por una aparente negligencia de la policía venezolana reforzó las sospechas de que el exasesor de Fujimori gozaba de protección en Venezuela.

En su libro “Tras las huellas de Montesinos”, la periodista Patricia Poleo afirmó que Montesinos llegó incluso a practicarse cirugía estética en una clínica en Caracas para dificultar su reconocimiento físico.