Con la finalidad de fortalecer el sistema de transferencia y contratransferencia de posibles casos de tuberculosis de niños, niñas y adolescentes de los programas CEDIF y Yachay del Ministerio de la Mujer y Poblaciones Vulnerables (MIMP) a los establecimientos de salud; se realizó una reunión de coordinación con autoridades de estos programas y del Ministerio de Salud.

Este sistema de transferencia es un proceso por el cual el personal de estos programas del MIMP identifica un posible caso de tuberculosis y lo deriva a un establecimiento de salud, donde puedan brindarle la atención necesaria para un correcto despistaje, diagnóstico y tratamiento de esta enfermedad.

Este sistema es muy importante si consideramos que los niños, niñas y adolescentes beneficiarios de estos programas constituyen un grupo de alto riesgo de contagio de TB debido a la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran, ocasionado por múltiples factores como el hacinamiento, desnutrición, abandono, drogadicción, etc.

“El Sistema de transferencia y contratransferencia recoge la problemática que viven los educadores de calle y el personal de los CEDIF, al trasladar a los niños, niñas y adolescentes sintomáticos respiratorios o con sospecha de TB a un establecimiento de salud, y a partir de ello propone lineamientos que buscan mejorar no solo la atención de estos casos sino también las relaciones entre el personal de salud y el personal de Yachay y CEDIF”, manifestó el Lic. Rubén Vega del equipo técnico del Fondo Mundial.

Un aspecto importante de este sistema, que se trató durante la reunión fue la necesidad de definir a través de un marco legal la responsabilidad de los educadores, personal de los CEDIF y de la estrategia para hacerse cargo del niño, niña o adolescentes, esto cuando no se logra ubicar a un familiar o persona que se haga cargo de él.

También se consideró la necesidad de que el personal de ambos programas esté capacitado para identificar probables casos de TB, considerando que en niños esto es más complicado debido a que no saben cómo explicar los cambios que experimentan y que les causan malestar; además, que obtener pruebas de esputo para el despistaje se torna más complicado.