Según su perfil psicológico presentado en ‘A las once’, ella contó a la Policía que siempre la castigaban por molestar a sus compañeras. Pensaba que solo hacía sufrir a sus padres.

“Era rebelde. Me juntaba con las chicas más maleadas a las que les gritaban: ’Putas’. Una vez me lo dijeron a mí y me fui y le tiré una cachetada al que me lo dijo”, narró.

En febrero de este año inició una relación amorosa con Marco Arenas, con el cual solía matar pajaritos con perdigones. También compraban huevos para arrojárselas a la gente.

La pericia psicológica arroja que Fernanda tiene baja tolerancia a la frustración, es irritable, llegando a incurrir en acciones agresivas, que incluyen reacciones violentas.

Asimismo, muestra frialdad emocional y carencia de empatía. La familia de María Rosa Castillo piensa que ella sabe más de lo que dice y que ayudó al asesino por ambición.