El terror que desató la noche del viernes 17 de febrero quedó registrada en la memoria de todos los peruanos. Varios videos de seguridad nos muestran la fiereza con la que actuó el vendedor de salchipapas de Los Olivos, cuya vida estuvo marcada por el entrenamiento militar, las armas y la ira reprimida.

A sus 32 años, Eduardo Glicerio Romero Naupay llevaba una vida aparentemente tranquila. Hace 8 años había llegado a Lima procedente de Huánuco y quería progresar.

Su formación en la Marina de Guerra del Perú lo acercó a las armas. Esa relación no terminó cuando fue retirado de su base, sino que por el contrario se vio fortalecida cuando empezó a trabajar como miembro de seguridad de una mina e Puno.

El huanuqueño era amante de la adrenalina, le gustaban las motos y era fanático del doom metal. Es más, en su cuenta de Facebook compartía mensajes satánicos y amenazas.

“Un día voy a coger mir armas e ir al Congreso de la República”, rezaba uno de sus mensajes en la red social.

La noche de la tragedia, Eduardo Glicerio Romero Naupay cogió sus armas no para dirigirse al Parlamento Nacional, sino para abatir a los fiscalizadores de la Municipalidad de Los Olivos. Luego disparó a distra y siniestra en el centro comercial Royal Plaza.

así fue el tiroteo

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