Para ese entonces la Municipalidad de Lima había coordinado la intervención con el Instituto Nacional de Defensa Civil, a cargo de Homero Nureña León.

El desalojo estaba a cargo de la Policía, mientras que la Policía Municipal se encargarían del traslado de los kioskos, para lo cual solo llevarían sus cascos por seguridad.

Sin embargo, a la 01:00 horas, cuando se inició la acción, los efectivos del orden repelieron a los serenos que intentaban retirar a los comerciantes, a quienes incluso se enfrentaron.

Ante ello, el propio Andrade decidió encabezar el operativo. “Vamos todos adelante. Me siguen. ¡Adelante carajo!”, fue la frase que lanzó. Un policía quiso detener su acción.

Tras ello, el alcalde de Lima acusó de “manejo político” a la Policía Nacional, cuyo director en aquella época era Fernando Dianderas, quien luego fue ministro del Interior del fujimorismo y uno de los firmantes del Acta de Sujeción de Vladimiro Montesinos.