El general Antonio Ketín Vidal contó que tras la captura del líder de Sendero Luminoso el 12 de setiembre de 1992, subió a su carro a Abimael Guzmán y Elena Iparraguirre.

“Éramos el chofer, un copiloto de seguridad y yo atrás con ellos dos. Por supuesto que estaban enmarrocados. Al poco tiempo de llegar a mi oficina en la Dincote, Canal 2 soltó el primer flash sobre la captura”, dijo a la revista ‘Caretas’.

Ketín Vidal expresó que al salir la información a los medios, lo llamó Vladimiro Montesinos para confirmar lo que vio por televisión. “Le dije que es verdad. Él se sintió muy mortificado y colgó el teléfono”, manifestó.

Asimismo, indicó que llamó a Palacio y que el edecán de servicio le aviso que el entonces presidente Alberto Fujimori estaba fuera de Lima y que no era posible comunicarse con él. “Como Montesinos ya estaba muy incómodo, le pedí a él que por favor lo llamara. Luego Montesinos se comunicó conmigo: el Presidente ya se había enterado”, añadió.

Luego acotó: “Lo que ocurrió después merece contarse: el entonces jefe del SIE (Servicio de Inteligencia del Ejército), coronel Alberto Pinto, apareció en mi oficina burlando la seguridad que pusimos. Entró asegurando que venía de parte del Presidente para llevar a Abimael al Pentagonito. Yo me opuse. Le dije que eso no iba a ser posible en cuanto yo era el responsable de la vida de Guzmán y lo invité a retirarse. Lo hizo”.

Al ser consultado de por qué querían llevárselo al Pentagonito, Ketín Vidal respondió: “No lo sé, pero en el trayecto podían haber pasado tantas cosas. Chocar contra un auto, accidentalmente. Guzmán podía morir. Las FF.AA. tenían su propia metodología que no coincidía con la nuestra. A Guzmán no se le puso ni un dedo. Fue un trabajo civilizado”.