El médico no soportó más y confesó su crimen. Nadie sabe por qué motivo al promediar las 12:25 del día de ayer, 14 de mayo, cambió radicalmente su versión.

“Estaba en los calabozos y empezó a llorar. Pese a que sus abogados intentaron tranquilizarlo y le pidieron guardar silencio, lo confesó todo”, recuerda un oficial, testigo de la desconcertante escena.

El galeno no soportó más. “¡Sí, yo la maté!”, gritó una y otra vez, frotándose la cabeza con ambas manos, según diario ‘La República’.

Desesperado, Valdivia Calderón siguió hablando, “No quise hacerlo, se me pasó la mano. Está enterrada en una casa de Villa María del Triunfo”.

“Mi única intención era violarla”, manifestó el asesinó *durante el interrogatorio en la Dirincri *.