El incremento del consumo se debe al uso de las piscinas caseras que abundan en algunos distritos de Lima y Callao, pero además por el hecho de que algunos hidrantes (usados por los bomberos en caso de incendios) son vandalizados.

“Una piscina de 7 mil litros de capacidad equivale a 15 días de consumo de agua de una familia de las zonas periféricas de la ciudad”, señaló el vocero de Sedapal Michael Vega.

En la mayoría de los casos, estas piscinas se llenan utilizando agua ilegalmente, ya sea a través de conexiones clandestinas o de conexiones que no cuentan con medidor, o destruyendo los grifos contra incendio, según dijo Vega a Andina.

Del total de 17 mil 60 hidrantes que existen en Lima y Callao, estadísticamente el 5 por ciento de ellos se vandalizan, lo cual es un atentado contra la seguridad.