La Torre de Pisa, cuyo nombre oficial es Torre Pendente Di Pisa, es uno de los símbolos de la ingeniería italiana, pero pocos son los que conocen la verdadera historia detrás de esta popular edificación.

Su construcción comenzó el 9 de agosto de 1173 y empezó a inclinarse tan pronto como se inició su edificación. Su altura es de 55,7 a 55,8 metros desde la base, su peso se estima en 14 mil 700 toneladas y la inclinación de unos 4 grados la ha llevado a estar alrededor de 4 metros desnivelada de la vertical.

Está considerada, junto a la catedral de la que forma parte, una de las joyas del arte Románico, tanto que el gobierno del país italiano ha solicitado ayuda en diversas ocasiones para prevenir su derrumbe, eliminando 70 toneladas de tierra de sus cimientos, reforzando las paredes para sellar el interior.

Asimismo se colocó 630 toneladas de plomo en el lado norte a fin de contrarrestar el empuje de la torre, intentando reforzar el subsuelo del lado hundido con la inyección de nitrógeno líquido y removiendo rocas del subsuelo, para colocar nuevamente barras de hierro en su lugar; sin embargo, ninguna de ellas obtuvo el resultado esperado.

Finalmente en 1999, se logró estabilizar la torre mediante la remoción controlada de parte del subsuelo en el lado norte y se hizo retroceder la torre hasta la inclinación que había tenido en 1838. También se instaló un complejo sistema de monitoreo que permite la medición milimétrica del comportamiento estructural de la torre.

Aquí te dejamos diez datos que seguro no conocías sobre esta torre.