Los excrementos y la orina son los dos productos de desecho más evidentes y abundantes que producen los animales, incluido el hombre.

Sin embargo, a lo largo de la historia, este último, empujado a veces por la necesidad y con mucho ingenio, ha empleado de manera asombrosa estos elementos naturales con los más diversos fines que podamos imaginar.

Después de la producción de orina por los riñones, esta recorre los uréteres hasta la vejiga urinaria donde se almacena y después es expulsada al exterior del cuerpo a través de la uretra, mediante la micción.

Un adulto la tiene alrededor de ocho veces al día, dedicando a este menester unos dos minutos en total. Los urólogos estiman de manera general que la humanidad genera más o menos 60 millones de litros de este fluido cada día.

A lo largo de la historia, la orina de los humanos ha tenido los usos más insospechados: insecticida contra mosquitos, dentífrico, elixir bucal, detergente, desinfectante, quitamanchas, prueba de embarazo, pócima de belleza y afrodisíaco.

Según Edilberto Fernández, urólogo del hospital Ramón y Cajal, en Madrid, el empleo más extendido que se le ha dado a la orina, es el de método de diagnóstico de nuestra salud física y también mental. En la Edad Media el examen de orina del paciente era la forma más fiable de determinar una enfermedad.

Te invitamos a conocer 10 de esos extraños usos de la orina y los excrementos a lo largo de la historia.