Pero no todas las estaciones del metro son iguales, existen algunas que se vuelven paradas obligatorias sin necesidad de abordar el tren, pues son estancias en las que su diseño, ideario o historia las transforma en puntos de reunión para su contemplación.

Lo que actualmente es la Estación de Atocha se remonta a 1851, cuando era una pequeña zona de embarque. En 1892 se inauguró bajo el nombre de la Estación del Mediodía.

Desde entonces ha sido remodelada y ampliada en diferentes ocasiones, por ejemplo, tras el incendio de 1888. Y sobre todo entre 1985 y 1992, cuando se amplió considerablemente su capacidad.

Entre los detalles que más llaman la estación del edificio está el Jardín Tropical: más de 500 especies tanto animales como vegetales. En el exterior de la estación se halla un monumento en homenaje a las víctimas del 11-M.

En esta galería te presentamos algunas de las estaciones de tren y metro más bellas del mundo.