Un balde, un emú y hasta un cerdo fueron los culpables de la detonación de varias guerras. Si, aunque no lo creas, es verdad. La historia no solo nos cuenta guerras de gran impacto y de alcance mundial, sino también tiene en sus anaqueles insólitos conflictos que duraron años e incluso minutos.

En esta galería hacemos un recuento de las diez guerras más insólitas y locas de la historia:

1. La guerra más corta de la historia. Este conflicto duró tan solo 38 minutos, como aparece registrado en el libro de los récords Guinness. A las 9:02 horas del 27 de agosto de 1896 tres cruceros y dos buques de guerra del Imperio Británico abrieron fuego contra el palacio del sultán de Zanzíbar, que a las 9.40 se rindió.

2. Una guerra larga que no tuvo ni una sola gota de sangre. La guerra entre Países Bajos y las Islas Sorlingas británicas estalló en 1651 por un asunto relacionado con la Revolución inglesa, pero los protagonistas se olvidaron de la misma y después de 335 años exactamente en 1985, el historiador de las islas Roy Duncan quien la recordó y se llegó a firmar la paz.

3. La guerra más larga de la historia. En 1985 los alcaldes de Roma y de Cartago, que hoy es uno de los suburbios de la capital de Túnez, firmaron un acuerdo simbólico de paz. De esta manera se puso fin oficialmente a la Tercera Guerra Púnica entre el antiguo Cartago y el Imperio romano, que estalló en el año 149 a.C. Total de años: 2.131.

4. Guerra por un cerdo. (1859) El 15 de junio Lyman Cutlar mató un cerdo que causaba daños en su granja. El animal pertenecía a un súbdito del Imperio británico, al que el estadounidense ofreció 10 dólares a modo de compensación. Sin embargo, él pidió 100 dólares y ante la negativa del pago, amenazó con mandarlo a arrestar.

El granjero estadounidense no se quedaría tranquilo y avisó a las fuerzas armadas de su país. El conflicto concluyó apenas la noticia llegó a oídos de Londres y a Washington.

5. La guerra de Australia contra el emú. En noviembre de 1932 el ejército australiano perdió la guerra contra el emú, declarada a petición de los granjeros locales.

Varias unidades del Ejército australiano armadas con ametralladoras se desplegaron por los desiertos para dar caza a los emús, que dañaban las cosechas de cereales. Sin embargo, las aves demostraron tener una gran habilidad para huir y esconderse de sus perseguidores, hasta el punto de que, al cabo de una semana, los soldados se vieron obligados a retirarse.

6. Una guerra por un perro callejero. En la primera mitad del XX, Grecia y Bulgaria mantenían tensas relaciones. De hecho, en 1925 ambos países se vieron abocados a una pequeña guerra sin motivo aparente. Según una de versiones, un soldado griego que estaba persiguiendo a un perro entró por accidente en territorio búlgaro y fue abatido.

7. La guerra del fútbol. El 26 de junio de 1969 El Salvador perdió un partido de fútbol contra Honduras en el marco de las eliminatorias del Mundial de 1970, después de lo cual estallaron choques que desembocaron en la también llamada ‘Guerra de las 100 horas’.

El conflicto armado se prolongó entre el 14 y el 18 de julio del mismo año, viéndose involucrados incluso aviones de combate y causaron la muerte de 3 mil personas.

8. Guerra por un balde. En 1325 la ciudad italiana de Bolonia se embarcó en una guerra contra la ciudad rival de Módena por un balde que un grupo de soldados de esta ciudad robó de un pozo boloñés.

En la batalla de Zappolino, que tuvo lugar el 15 de noviembre, 30.000 soldados de infantería y 2.000 de caballería de Boloña se enfrentaron a 5.000 soldados de infantería y 2.000 hombres a caballo de Módena, ciudad que ganó la batalla y la guerra. El balde permanece a día de hoy en un museo de Módena.

9. Una villa española contra Francia. Duró 100 años y estalló el 14 de octubre de 1883 cuando el municipio andaluz, que entonces contaba con unos 300 habitantes, se ofendió por el mal recibimiento dispensado al rey español Alfonso XII durante su visita a París, y declaró la guerra a Francia.

10.La guerra del Banquillo de Oro. En marzo de 1900 las tropas británicas intentaron hacerse con el trono de oro que sirvió de símbolo de poder del Imperio asante en África Occidental. Así empezó el último de una serie de conflictos entre las autoridades de la colonia británica de Costa de Oro, actual Ghana, y los ashanti.