Mientras que había millones de personas sufriendo debido a los efectos terribles de la guerra, estos negocios florecieron e incluso se beneficiaron en los campos de concentración nazis.

La mayoría de estas empresas siguen existiendo. Algunas de estas reconocieron que su papel aliado con Adolf Hitler e incluso contaron que pagaron varios millones de dólares en cuotas para la manutención del Holocausto.

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Así Bmw, Volkswagen, Ford, Bayer y muchas más empresas alemanas que hoy consideramos punteras en tecnología se enriquecieron durante varios años con el trabajo de mano de obra esclava proporcionada por la Alemania nazificada.

La historia comienza en 1942, cuando Adolf Hitler nombra como Ministro de Armamento al arquitecto del Tercer Reich Albert Speer; no duda ni por un momento en potenciar a aquellas empresas que producen materiales, armas, equipamiento y enseres para el ejército alemán y para ello recurre a los prisioneros polacos, rusos o judíos útiles que serán destinados a trabajar de forma incansable hasta la muerte en las factorías alemanas.

Fuente: De10.com.mx