Las grandes mentes se distinguen, casi todas, por haber sido inventores de teorías que no gustaron a la población, mucho menos a sus propias comunidades científicas y a las instancias religiosas, que incluso los calificaron de herejes.

La mayoría de estos científicos hicieron investigaciones que se pudieron comprobar con los años, en muchos casos hasta después de su muerte, pero que debido a las creencias dogmáticas que estaban arraigadas en la época, en ese momento no tuvieron aceptación, ni siquiera por sus propios compañeros.

Mentes como la de Galileo Galilei y Nicolás Copérnico, fueron considerados serios atentados contra la religión, debido a que le quitaron a la Tierra su estatus como centro del Universo. Así como Alfred Wegener que también desafió a la religión señalando que todos los continentes estuvieron unidos en algún momento, pero fuerzas naturales los separaron.

Fuente: De10.com.mx