1. Cordelia Botkin (1854-1910). Casada, comenzó un romance con John Preston Dunning, también casado. Su sórdido romance duró tres años, hasta que Dunning dejó a Botkin y volvió con su esposa. Ella decidió enviarle unos dulces en “agradecimiento”. Los dulces tenían arsénico.

2. Jane Toppan (1857-1938). Trabajaba de enfermera en el hospital de Cambridge, Boston. Su pasatiempo favorito era experimentar con morfina y atropina en los pacientes para ver su efecto en el sistema nervioso. Se abrazaba a sus víctimas en sus camas de hospital mientras morían, explicando más tarde que se excita sexualmente con la muerte.

Finalmente fue despedida por su consumo de opiáceos, pero siguió trabajando como enfermera de forma privada, envenenando a casi todos los pacientes a los que trataba. Finalmente fue detenida y confesó el asesinato de 31 personas.

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3. Joseph Vacher (1869 – 1898). Tras ser dado de alta de un hospital psiquiátrico como “completamente curado” en 1894, Vacher comenzó una serie de asesinatos que duró tres años y que costó la vida a 11 personas. Atacaba sexualmente, apuñalaba y descuartizaba a sus víctimas. Esto a la larga le valió el apodo de “el destripador francés”, ya que su modus operandi era similar al de Jack el Destripador de Inglaterra. Fue arrestado después de que terminara con su duodécima víctima, oponiendo resistencia. Confesó los asesinatos. Fue ejecutado por sus crímenes en 1898.

4. “The Servant Girl Annihilator” (hechos ocurridos de 1884 a 1885). Parece el nombre de un videojuego malo, pero este fue el nombre dado a un asesino o asesina en serie desconocido que se aprovechaba de las mujeres que trabajaban como criadas en Austin, Texas, mientras dormían en sus camas.

5. Bela Kiss (1877 -?). Cuando Bela Kiss comenzó a almacenar bidones metálicos de gran tamaño en un almacén de su propiedad, sus vecinos pensaron que se estaba abasteciendo de gasolina como precaución ante una posible escasez debido a la Primera Guerra Mundial. En 1914 fue reclutado y se fue a la guerra. Dos años más tarde, la policía encontró en cada bidón un cuerpo estrangulado de mujer. TEnía 24.

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6. Leonarda Cianciulli (1894 – 1970). Extremadamente supersticiosa, inició su locura asesina cuando su hijo fue reclutado por el ejército italiano en la Segunda Guerra Mundial, creyendo que sólo los sacrificios humanos podían garantizar su seguridad. Drogó a sus víctimas antes de matarlas y descuartizarlas, además de recoger su sangre y usarla en la confección de pastas de te.

7. Henri Landru (1869 – 1922). Está considerado un Barba Azul de la vida real, atraía a mujeres viudas a su casa y luego las mataba (sólo después de que le hubieran otorgado acceso a su dinero, por supuesto). Entre 1914 y 1919 mató a 10 mujeres y al hijo adolescente de una de ellas. Fue ejecutado en 1922, y su cabeza se exhibe actualmente en el Museo de la Muerte de Hollywood.

8. Fritz Haarmann (1879 – 1924). Conocido como el “vampiro” y el “Hombre Lobo” de Hannover, Alemania, porque su método preferido de asesinato era morder en el cuello a sus víctimas, a veces la derecha a través de la tráquea. Lo llamaba su “mordisco de amor.” Mató al menos a 24 niños y jóvenes en Hannover entre 1918 y 1924.

9. Dorothea Puente (1929 – 2011). Durante la década de 1980 Puente regentaba una pensión cuyos inquilinos eran de edad avanzada y con discapacidad mental. Le gustaba cobrar sus cheques de la Seguridad Social y, si se quejaban, los asesinaba y los enterraba en el patio trasero.

10. Kristen Gilbert (1967). Siguiendo el ejemplo de Jane Toppan, Gilbert también se ganó el título de “Angel de la Muerte” mediante la inyección de grandes dosis de epinefrina a los pacientes de un centro médico donde trabajaba como enfermera, induciendo el paro cardíaco. Cuatro hombres murieron a causa de esta práctica.