Una de ellas es la orquídea pato, Popularmente se la conoce como pato volador, aunque su nombre científico es Caleana major. Mide apenas dos centímetros y aparece en ramilletes de 3 o 4 sobre el mismo tallo.

También tenemos a la orquídea “abeja”. El labelo inferior de la flor tiene un aspecto muy parecido en tamaño, forma y vellosidad a la hembra de la avispa. Los machos se confunden con mucha frecuencia.

Algunas orquídeas tienen forma antropomorfa por pura casualidad. Es el caso de la Orchis itálica, que la encontramos en Europa mediterránea, Oriente Medio y el norte de África. En tanto, la orquídea Drácula tiene diversas variedades: cara de mono, con nariz, saulii, etc.

Otra flor llamativa es la Peristeria elata, originaria de Ecuador, Colombia y Panamá, y que está en peligro de extinción. Se la conoce también como flor del Espíritu Santo, por la forma de su labelo que parece una paloma.

La Impatiens psittacina tiene una curiosa forma cuando se la mira de perfil. Pertenece a la familia Balsaminaceae y parece una “cacatúa en vuelo”. Se encuentra en Tailandia, Birmania y la India.

Finalmente, tenemos a la orquídea martillo y las “piedras” que florecen (conocidas como Lithops y que usan este camuflaje para evitar que los animales se las coman).