El sitio listverse.com enlistó diez personas que murieron sin revelar sus grandes misterios:

-Axel Erlandson. El granjero norteamericano, de origen sueco descubrió que podía transformar árboles y darles una forma diferente. Erlandson experimentó varias técnicas para modificar las ramas con las que formó diversas figuras, como corazones, sillas, escaleras en espiral, jaulas, entre otras.

Con ellas creó, en California, “El circo del árbol”, una extensa colección jamás antes vista, menciona el blog qurio-sos. En 1964, el granjero murió y jamás compartió su técnica de arbocultura.

-El secreto de Jerome. En 1863, un par de pescadores canadienses encontraron sobre las rocas de la bahía de Fundy a un hombre de unos 20 años de edad, con las piernas amputadas. Fue trasladado al pueblo de Mink Cove, en donde solamente dijo tres palabras, entre ellas el nombre de JEROME, con el cual era llamado.

Las personas decían que Jerome había tratado de realizar un motín en un barco y fue castigado con la amputación; otros, señalaron que lo arrojaron desde un barco pirata; pero la mayoría pensaba que era el heredero de una fortuna y que había sido mutilado para que otra persona buscara la herencia. Jerome murió en 1912, llevándose a la tumba la verdad sobre la amputación y su misteriosa llegada a la Bahía de Fundy.

-La mujer desconocida. En 1981, un hombre y su esposa se hospedaron en un hotel de Virginia, Estados Unidos, llamado Gadsby’s. La mujer se encontraba al borde de la muerte. Pocos días antes de que falleciera, el hombre pidió al médico y al personal del hotel, que jamás, mientras vivieran, revelaran su identidad, ni la de su esposa.

Los testigos fallecieron sin dar a conocer el nombre de la pareja; sin embargo, antes de desaparecer, el hombre mandó colocar una extraña tumba en el panteón de St. Paul, Virginia, en cuya lápida se lee: “A la memoria de la mujer desconocida”.

-El hombre de cuero. En la orillas de los ríos Hudson y Connecticut, en el norte de Estados Unidos, era común ver caminando a un vagabundo vestido de cuero desde la cabeza hasta los pies. El “hombre de cuero” como se le conocía, hablaba francés aunque por lo general siempre se expresaba a través de gruñidos o gestos.

El vagabundo regresaba al mismo lugar cada 34 días después de recorrer 365 millas; gustaba del tabaco y solía recoger colillas del suelo o recibir cigarros de las personas que lo veían. En marzo de 1889 fue encontrado sin vida en una cueva de Nueva York. Nunca se supo su real identidad.

-Arne Beurling. El matemático sueco evitó que su país fuera invadido por el ejército alemán de Hitler durante la Segunda Guerra Mundial tras descifrar el código G-Schreiber, mediante el cual las fuerzas alemanes buscaban ocupar Suecia para invadir la Unión Soviética a través de la célebre “Operación Barbarroja”.

En múltiples ocasiones, el matemático fue cuestionado sobre cómo descifró el código, a lo que respondía, hasta el día de su muerte: “Un mago no revela sus trucos”.

-James Black. Fue un famoso herrero de finales del siglo XIX. Los cuchillos fabricados por este hombre se caracterizaban por ser sumamente resistentes y flexibles, incluso muchas personas llegaron a decir que el herrero había redescubierto el proceso para fabricar acero de Damasco. Quiso heredar la técnica a Daniel Webster Jones, pero no podía recordar el método. Hasta la actualidad nadie ha logrado hacerlo.

-Edward Leedskalnin. Durante más de 20 años, este migrante lituano construyó un palacio hecho de coral en las costas de Florida, Estados Unidos, usando más de tres millones de piedras de coral y con un peso superior a las mil toneladas, usando las mismas técnicas empleadas por los egipcios. Leedskalnin falleció en 1951 por un cáncer en el estómago y jamás reveló el secreto de cómo creó el extravagante palacio.

-Johann Bessler. En 1771 investigó 300 modelos distintos de movimiento perpetuo y alegó tener el secreto del movimiento eterno. El alemán diseñó una rueda de 360 centímetros de diámetro que corrió durante semanas en el interior de un castillo. Al querer vender la idea, nadie quiso comprarla y en un ataque de ira destruyó su invento. Murió a los 65 años sin dar a conocer jamás su secreto.

-Benjamin Franklin. El padre fundador de Estados Unidos reconoció en 1730 a un hijo ilegítimo de nombre William; sin embargo, nunca reveló la identidad de la madre. Algunas teorías mencionan que Franklin quería impedir la deshonra de su pareja; sin embargo, hay rumores que la mujer era una prostituta.

-Antonio Stradivari. Los violines Stradivarius son considerados los mejores del mundo entero por su perfección y el excelente sonido que emiten. En la actualidad, sólo se conocen 635 violines de esta clase, aunque miles de personas los han tratado de imitar. Antonio Stradivari murió en 1771 y jamás reveló la técnica de cómo fabricarlos.

Fuente: De10.com.mx