Alrededor de muertes famosas, siempre existen miles de mitos: que si los mataron, que si ellos se suicidaron, que si desaparecieron partes de sus cuerpos y que si se encuentran en tal o cual lugar; sin embargo, la gran mayoría de las veces quedan solo en eso, mitos.

Pese a todo eso, existió en algún momento la necesidad o costumbre de hacerlo, quitar partes del cuerpo de algún personaje fallecido para estudiarlas o simplemente para poder obtener algún beneficio de ellas.

La tradición de poner las partes del cuerpo en exhibición es casi tan antigua como la religión misma. Relicarios que contienen las manos, pies, dientes y otras partes de los santos son venerados en todo el orbe.

Políticos, científicos y hasta delincuentes que, posiblemente, entre todos ellos haya un común denominador, ninguno de imaginó en vida que tras su muerte, partes de sus cuerpos pulularían por lugares dispares para gozo y contemplación de turistas, investigadores o simples o coleccionistas.

Fuente: De10.com.mx