Un video colgado en YouTube muestra a dos amigos rusos, uno de ellos portando una pistola de fuego y otro aguardando unos metros delante con un casco sobre la cabeza. ¿Qué hacían? Intentan probar la resistencia del casco con un disparo.

El que porta el arma le habla a un tercer amigo, que es quien graba la inquietante escena, da unas explicaciones, luego se alista, apunta, su compañero con el caso aguarda estático… y dispara.

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El sujeto que recibe el balazo echa su cabeza hacia atrás por el impacto, luego se repone un poco aturdido y el camarógrafo se acerca con premura para grabar cómo quedó el casco luego del impacto de bala.

Si bien el reto del casco fue cumplido, no es para nada recomendable este tipo de práctica, mucho menos si se pone en riesgo la vida de alguien.

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