Las cámaras de seguridad de una estación de servicio en Tauranga, un pueblo en el norte de Nueva Zelanda, captaron las imágenes de un hombre con una barra de metal en la cabeza pidiendo ayuda a todos los asistentes. Él habría sido víctima de un ataque.

Lo que más impactó del suceso, a parte del fierro fue que el hombre estaba bastante tranquilo.

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Según narran los medios locales, al principio el cajero de la estación pensó que se trataba de una broma o disfraz ya que le pareció muy rara la tranquila reacción de la víctima, pero luego de ver que le estaba saliendo sangre se dio cuenta de que era un accidente real y procedió a llamar a los teléfonos de emergencia.

La barra de metal le fue extraída y, según los médicos, el paciente tuvo mucha suerte de que no se le hubiera hundido unos centímetros más.

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