El nombre de las Líridas se debe la la constelación de Lyra, de donde parecen ‘salir’ las estrellas fugaces, según cita la agencia rusa RT.

En realidad el fenómeno se debe a los residuos del cometa Thatcher (C/1861 G1), que se queman en la atmósfera terrestre, produciendo los ‘fuegos artificiales’. El cometa, que se observa desde hace unos 2,600 años, orbita el Sol una vez cada 415 años.

El momento óptimo para observar las Líridas fue en la medianoche y hasta el amanecer, según la NASA, que señaló además que en el hemisferio norte el fenómeno pudo ser visto con mayor claridad.

Los que observen las Líridas en lugares alejados de las luces de la civilización pudieron ver hasta 20 meteoros por hora si lo permiten las condiciones climáticas.