Boston ha sido golpeado por la realidad parecida a la que experimentan países como Pakistán o Irak, aunque se desconocen todavía las razones o a los responsables, y posiblemente la ciudad nunca volverá a ser la misma.

La región de Nueva Inglaterra, que comprende varios estados del noreste de EE.UU., es una de las zonas que más soldados desplegados y fallecidos ha recibido en relación a su población desde el 11 de septiembre de 2001, por las guerras de Afganistán e Irak.

Desde el lunes, los cirujanos de la ciudad, muchos curtidos en el campo de batalla, tratan a heridos con amputaciones más propias de una guerra. Hasta ahora, el Centro Médico ha practicado siete amputaciones en cinco pacientes y una veintena de operaciones.

La detención de un sospechoso del ataque, basado en dos videos grabados al momento del atentado, volvió a sacudir la tensa calma que vive Boston. Sin embargo, la noticia fue desmentida luego.