El Parlamento griego aprobó un impopular plan de austeridad, clave para evitar que el país heleno caiga en un devastador cese de pagos de su deuda, mientras que la Policía continúa enfrentándose a las protestas en contra de estos ajustes económicos.

La Policía antidisturbios disparó salvas de gases lacrimógenos para hacer retroceder a los manifestantes, que agredían a los agentes con botellas y basura y volcaban barreras.

Las autoridades y los servicios de emergencia dijeron que 21 policías y 15 manifestantes resultaron heridos y fueron trasladados a hospitales, mientras que 26 personas fueron detenidas.