La colombiana Constanza Turbay, que perdió a toda su familia a manos de las FARC, afirmó que el número dos de la guerrilla “Ivan Márquez” (alias de Luciano Marín Arango) se le acercó “con sentimientos de sinceridad” y le pidió perdón de corazón.

“No fue un perdón mecánico, fue un perdón de corazón”, fue el conmovedor testimonio de Turbay a la prensa.

Según contó, Márquez, jefe negociador de las FARC, le dijo que lo sucedido con su familia fue una “equivocación” y le prometió que trataría de esclarecer la verdad de lo ocurrido.

En la familia de Turbay había reconocidos políticos del departamento de Caquetá, como su hermano Rodrigo, miembro de la Cámara de Representante, que murió secuestrado en 1997.

Tres años después, en 2000, su otro hermano Diego, presidente de la comisión de paz de la Cámara de Representantes, fue asesinado junto a su madre y otras cinco personas.

Para ella, la experiencia de verse cara a cara con los responsables de su dolor estuvo “cargada de emotividad, sentimientos y recuerdos”.

“Creo que ha sido el encuentro más importante y trascendental de toda mi vida”, precisó.

La integrante del primer grupo de víctimas que participó en los diálogos de paz de La Habana señaló que es “muy grato” que a través del diálogo se puedan encontrar “caminos de claridad y reconciliación”.

“Yo ya lo perdí todo, pero podemos hacer mucho en honor de todos estos seres queridos que perdimos para reconstruir la paz y la reconciliación en Colombia”, señaló.

Este fue uno de los testimonios que se pudieron escuchar en las conversaciones de paz, que contó con una variada representación de las víctimas del conflicto colombiano, no sólo de las FARC, sino también del Ejército y agentes del Estado, así como de los paramilitares y otros grupos armados.

Fuente: EFE