“¿Tiene un africano posibilidades reales de ser papa?”, se preguntaba el teólogo Guiseppe Liguori en un artículo publicado en el diario keniano ’Daily Nation’ el martes, un día después de conocerse la extraordinaria decisión del pontífice alemán.

“En mi opinión, sólo dos africanos tienen opciones de ser elegidos”, respondió Liguori, en alusión a los cardenales Peter Turkson (Ghana) y Francis Arinze (Nigeria), dos purpurados que también se han colado entre los favoritos de las casas de apuestas británicas para sentarse en la Silla de San Pedro.

África, donde viven más de 150 millones de católicos, ya ha aportado tres papas a lo largo de la historia: San Víctor I (189-199), San Melquíades (311-314) y San Gelasio I (492-496), que procedían del norte del continente.

En cuestiones como el uso del condón para impedir la propagación del sida, muy extendido en África, el aborto o la homosexualidad, Turkson, de 64 años y encargado del “ministerio” vaticano para la Justicia y Paz, sigue la estela conservadora del papa Ratzinger.

Otro “papable” africano es el cardenal nigeriano Francis Arinze, de 80 años y prefecto emérito de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

Visto también como un conservador en asuntos como la homosexualidad, Arinze, ya entró en las quinielas de los “papables” en el cónclave de 2005, que eligió a Benedicto XVI como papa.

Arinze, cuyos colegas elogian su capacidad para cooperar con representantes de otras religiones, acumula una amplia experiencia en el Vaticano, donde ha trabajado con Juan Pablo II y Benedicto XVI, pero su avanzada edad es, sin duda, su gran “talón de Aquiles”.

Entre los candidatos africanos a reemplazar al papa Ratzinger figura asimismo Robert Sarah, cardenal guineano de 67 años y presidente del Consejo Pontificio Cor Unum, que se ocupa de distribuir la caridad del papa.

Sarah, menos mencionado entre los “papables” africanos que Turkson y Arinze, llamó la atención en 2010 al acusar al entonces líder libio, Muamar al Gadafi, de faltar el respeto al papa por pedir que el Islam se convirtiera en la religión de Europa.

Sea como fuere, la última palabra la tienen los 120 purpurados que participarán en el cónclave para elegir al nuevo pontífice, aunque, como avisa el teólogo Liguori, “la elección de un papa africano no debería ser una sorpresa”.

Fuente: EFE