En 1990 Shaurn Thomas de apenas 19 años fue condenado a cadena perpetua por participar en el robo y asesinato del empresario puertorriqueño Domingo Martínez. A pesar de gritar su inocencia y tener una coartada perfecta, la Corte de Pennsylvania no lo escuchó y lo mandó a la prisión en Frackville. Veinticuatro años después, fue liberado gracias al amor e insistencia de su novia.

Shaurn Thomas respiró aires de libertad y paseó por las calles después de un largo encierro y aunque no sabe usar un celular ni tiene redes sociales, asegura que su alma está limpia y su corazón no tiene cabida para el rencor.

La tranquilidad que dice tener ahora Shaurn es fruto de su romance con Stephonia Long, una mujer que se convirtió en amiga de su familia mientras él estaba preso. Ella insistió tanto en llevar su caso a Proyecto Inocencia Pensilvania,

una ONG que se encarga de revisar sentencias de personas inocentes encarceladas para encontrar soluciones y luego llevarlas nuevamente a la Corte.

Luego de varios meses de juicio, la Corte no encontró razones para seguir deteniendo a Thomas. Aquel fatídico día, el hombre estaba recluido en un reformatorio de adolescentes. Había participado en un robo de autos. Por tanto, no tenía relación con el crimen del empresario Domingo Martínez.

“Las dos décadas que perdí son una tragedia, pero la vida es demasiado corta para guardarle rencor a la corte o las personas que me enviaron aquí. Ahora solo quiero ser un hombre libre y disfrutar del amor”, dijo a los medios que aguardaban fuera de la cárcel.

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