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Muchas mujeres de Miami, USA, iban a consultorio de Ron O’neal Morris para lucir más bellas a bajo costo. Sin embargo, terminaron deformadas, con heridas graves y una de ellas murió. Esta falsa estilista y cirujana no tenía título profesional y cuatro años después de su primera condena, la justicia estadounidense reveló los detalles más oscuros de sus procedimientos “médicos”.
Ron O’neal Morris ofrecía aumentos de busto, glúteos, caderas y muslos. Además tenía precios módicos, irresistibles para cualquier mujer amante de la buena figura. Pero lo que nadie sabía era que sus materiales parecían sacados de una ferretería. En su almacén se halló cemento, aceite de silicona, súper pegamento.
En 2013, una de sus pacientes la denunció por haber arruinado sus caderas. Ella le aplicó cemento y le provocó gran daño, por lo que fue condenada a 1 año de cárcel. Mientras cumplía su pena, otra de sus pacientes murió a causa de una infección generalizada.
La paciente se llamaba Shakarta Nuby, de 31 años, murió por una falla respiratoria causada por la silicona líquida de pared y vidrios que O’Neal le inyectó en el busto, caderas y piernas.
El jueves pasado la justicia de Miami condenó a O´neal a 10 años más de prisión y será enviada a una cárcel de varones, porque la ley de USA no contempla adecuaciones para personas transgénero.
Su abogada a interpuesto una acción para protegerla, pues arguye que en el reclusorio puede ser víctima de abuso sexual de parte de sus compañeros y hasta de los oficiales.